Un tiempo en el que los niños nacían en hermosas macetas de barro rojo.
Cinco mujeres detenidas en la lluvia.
Y vos, la visita más esperada para que todo comience de nuevo. Si tal cosa es posible.

Regalo de despedida

Entender que la obsesión se comparte y la poesía está presente de muchas maneras.

Encontramos este clip entre los trabajos de un cada vez más brillante, Nacho Masllorens. Lo adoptamos y acá queda, como un regalo más. Para nosotras, para ustedes. Un punto y seguido en nuestra historia de lluvia que no deja de escribirse.

Una vez más, gracias a todos los que nos acompañaron.

la lluvia y otras cigüeñas
octubre, 2010.

Este domingo, 26 de septiembre, última función.

Hasta acá llegamos.

Gracias por hacerlo posible.

Cuenta atrás y nuevo comentario

Nos quedan pocas funciones. Tres domingos más y le pondremos punto... ¿y aparte? ¿final? a este proyecto que tantas gratificaciones nos ha dado. Os invitamos a todos a que nos conozcáis en las próximas semanas. Nunca se sabe, quizá os sorprendamos.

Alejandra Maula, estuvo hace unas horas con nosotras y ya nos escribió. Muchísimas gracias.

***

Delicada y hasta exquisita puesta intimista, en la que cada detalle está pensado y cuidado, con reminiscencias a la poética de Isabel Allende; que recorre el pequeño universo de la mujer. Sus rutinas, sus temores, sus odios, sus delicadezas, fantasías y locuras. El amor, a la vista y al oído de las canciones amablemente vocalizadas y de los juegos de las horas de alegría.


Colores, texturas, objetos, sabores y perfumes, sonidos, claramente recortados por una iluminación adecuada y por silencios justos.

Actuaciones bien ajustadas. Dirección clara.

Bella, poética y suave.

Innocence



Dir. Lucile Hadzihalilovic, 2004.

Desgraciadamente no todas las películas se conocen a tiempo pero esta, sin duda, es una de las que asumimos e incorporamos como guía. Toda una experiencia estética.

De nuevo, los principios

Queremos agradecer una vez más a todos aquellos que nos están acompañando en este tramo del camino. Todas y cada una de las devoluciones acá mostradas, implican que uno de ustedes vino a vernos, se dejó llevar por la propuesta, y se tomó la molestia de quedarse pensando en eso, sentarse y escribirnos un tiempo después sobre su propia experiencia. Esa dedicación es fundamental en este proceso de apertura del trabajo. Nos mostramos para eso. Y saber que lo conseguimos, que ustedes vinieron y pensaron, se emocionaron, recordaron algo... es nuestro mayor éxito.

En estos días nos hablaron sobre la necesidad de hacer algo para que el público nos "siga más". En dos sentidos: por un lado, dentro de la propia obra, lograr que el texto sea un poco menos omnipresente, más penetrable. Por otro, apelar a otro tipo de recursos para convocar público. Después de hablarlo, pensarlo y volverlo a pensar, nos vemos en la obligación, para con nosotras mismas y para los que nos acompañan cada domingo en este proyecto, de compartir con todos ciertas certezas:

* la lluvia y otras cigüeñas, nació como propuesta minoritaría e intimista que ahonda en cuestiones bastante insostenibles en escena: el texto poético, la narración de algo ya pasado, la lentitud, el silencio, la pausa, la monocordia como clima sostenido que se rompe puntualmente para recuperarlo con mayor intensidad, la melancolía femenina como estado digno de explorar y contemplarse y, sí, también la solemnidad y la ritualidad. Todo eso debe hacerse presente sin molestar ni aburrir al público. Pero, con semejantes ingredientes, nuestra búsqueda no pasa por "entretener", aspiramos a que su presencia, cada visita, sea un pequeño viaje a un universo femenino tan concreto como simbólico. Quizá se despierte su curiosidad por lo ritual, por ese mundo extraño al que se alude y que deben imaginarse. Quizá se enganchen con los olores, las acciones, los objetos. Algunos disfrutarán del texto hecho relato para ellos. Otros se dormirán. Todo nos sirve. Ustedes nos visitan y nosotras exploramos los límites de nuestra propuesta. Ni nuestra paciencia ni la suya, por suerte, son idénticas.

* Pese a que Buenos Aires sea una ciudad bendecida con el consumo masivo de teatro, algo insólito en gran parte del planeta, por más que se nos olvide constantemente y todo sean quejas por exceso... No es posible que todas las obras alcancen ese lugar en el que "suenan", para bien o para mal. Hay muchas obras terribles que mueven masas, obras interesantes que pasan desapercibidas y auténticos castigos que vaya una a saber cómo encontraron sala. Se puede hacer muy bien el mal y muy mal el bien.

Hay elencos dispuestos a pagar un seguro se sala que excede su taquilla, los hay que pagan para que les hagan notas de prensa, y la práctica habitual de un tiempo a esta parte, es que se trabaje con un "hacedor de prensa". Todos esos recursos supuestamente, están encaminados a que las obras duren en cartel. Empecinadas en mantener cierta lógica con nuestros principios, no practicamos ninguna de esas opciones por considerarlas esencialmente absurdas. No tenemos ni la paciencia ni la plata necesaria para esos menesteres y creemos firmemente que si el boca a boca no abre las primeras puertas, no habrá dinamita que nos sirva. Nuestro trabajo está hecho del mejor de los modos posibles. Toda la parafernalia alrededor forma parte del mundo teatral, pero no es teatro. Y, por ahora, podemos permitirnos el lujo de que no nos importe.


M. Trigo.

Importante devolución de la semana

Maday Méndez nos acompañó este domingo y nos escribió esta síntesis de su vivencia. Muchas gracias.

***

Nada se repite. Nada. No hay trucos. El teatro no se imita a sí mismo. Ellas están vivas, todo es real. Todo sucede. Sucedió y ahora pasa se vuelta en una suerte de magia de los sentidos, de los recuerdos, de cosas que existen y cosas que no existieron nunca, sólo ahí, en ese momento, sólo en ese universo creado con manos delicadas, con almas ricas, generosas, locas… con pensamientos oscuros, bellos, carnales… en definitiva, reales.


La acción llega, las mueve, y sí, la poesía también, como modo de expresión, siendo eso: palabras -evocadoras, disparadoras de universos propios y ajenos-, palabras que conforman un lenguaje, un código; pero sobre todo palabras llenas de para qué, de por qué, de deseos, necesidad, luchas y anhelos. Palabras, objetos, actividades y actrices que dibujan un clima, un ritmo, un lugar en el tiempo que uno no sabe si reconoce o no, pero que le pertenece, le golpea y le acuna.

En esta obrita (como ellas la llaman) el teatro no se imita a sí mismo. Se encuentra, se crea, se imagina. Huele a búsqueda y a ritual. Cómo juntar lo sagrado y lo concreto en el teatro… Cómo dejar que el teatro sea teatro y no la vida misma, aunque respire. Cómo hacer para ser en el arte, en el escenario. El teatro no es la vida por más que hable de ella; es un lugar de encuentro, un lugar donde todo el trabajo previo de búsqueda e inspiración de quienes lo ejecutan pone lo suyo para que uno mire hacia sus adentros y vuele lejos con cada movimiento, con cada objeto, con cada acción de esas mujeres que sostienen allá adentro sus contradicciones y su humanidad. Necesitaba recordarme todas estas cosas, ver un teatro vivo, pero también sagrado; sentir durante y antes de que comience la función (vayan y lo entenderán) un profundo respeto y la sensación de estar viviendo un momento único.

La lluvia y otras cigüeñas fue un viaje movilizador; terrible y hermoso. Muchas gracias a todas por eso y por la inspiración.